1.1. La flexión nominal latina.
1.1.1. Declinaciones y desinencias.
En latín los sustantivos, adjetivos, pronombres y algunas formas nominales del verbo indican con su terminación la función que desempeñan dentro de la oración.
Estas secuencias finales de las palabras se denominan desinencias, que, además de indicar la función que una palabra desempeña dentro de la oración, indican su número y en ocasiones su género.
El conjunto de todas las formas de un nombre latino, o de un adjetivo o pronombre o forma nominal del verbo, recibe el nombre de declinación. En latín hay cinco declinaciones: las palabras, según su forma, seguirán una de estas cinco declinaciones.
1.1.2. El sistema de casos
El caso es en latín una categoría propia del nombre, del adjetivo y del pronombre, al igual que el número y el género. Con su desinencia, indica si esa palabra puede ser sujeto, objeto directo etc. en su oración. Los casos del latín son seis.
1.2. Casos y preposiciones
El sistema de casos dotaba a las palabras dentro de la oración con una cierta autonomía en cuanto a su posición, ya que era fundamentalmente su propia forma y no el lugar que ocuparan en la frase lo que indicaba su función gramatical. El orden de palabras era más libre.
A veces el caso era insuficiente para expresar los matices funcionales del complemento circunstancial. Para precisar esos matices se recurrió al uso de preposiciones acompañando a los casos acusativo y ablativo.
El sistema de casos provocaba ciertas confusiones porque una misma desinencia se usaba para más de un caso.
1.3 Género y caso.
El latín posee tres géneros: masculino, femenino y neutro. El género neutro se refería originariamente a objetos de carácter inanimado o colectivo.
1.3.1 Valores de los casos.
- El nominativo funciona como: sujeto, atributo, predicativo
- El vocativo expresa la función de la apelación
- El acusativo funciona como: complemento directo, complemento de régimen
- El dativo expresa las siguientes funciones: complemento indirecto, complemento circunstancial de finalidad.
- El ablativo es marca de complemento circunstancial. Como tal expresa: lugar en donde, precedido de la preposición in, instrumento de la acción, separación y procedencia, agente de un verbo pasivo.
2.Léxico.
2.1 La formación de palabras.
2.1.1 La derivación
Una gran parte del vocabulario grecolatino se forma mediante el procedimiento de la derivación, a partir de la adición de sufijos. Algunos de los sufijos latinos son los siguientes:
- Para formar sustantivos.
- Para formas adjetivos.
- Para formar verbos.
El latín posee una extraordinaria facilidad para formas palabras compuestas. Para ellos, cuenta con dos procedimientos:
- La unión de dos palabras.
- La adición de prefijos que precisan el significado de la raíz.
3.1 El indoeuropeo, antepasado del latín.
Al igual que nuestras lengua romances provienen del latín por evolución, así también el latín proviene de una lengua mucho más antigua que llamamos indoeuropeo. Su existencia es una hipótesis, pero una hipótesis fundamentada en la comparación de muchas otras lengua que ofrecen un alto grado de semejanza y que son necesariamente descendientes de una lengua más antigua, madre común de todas ellas.
3.1.1 Las distintas lenguas indoeuropeas.
Las lenguas descendientes del indoeuropeo formas una gran familia que comparte muchas características y se distingue muy bien de otras familias lingüísticas como la semita, a la que pertenecen el árabe y el hebreo.
Las principales familias lingüísticas son:
- Las lengua anatolias, que se hablaron en la península asiática.
- Las lenguas indoiranias, que comprenden del antiguo indio y el iranio.
- Las lenguas germánicas, como el gótico y el germánico. Del germánico, a su vez, derivan el alemán, el inglés, el noruego, el sueco y el danés.
- Las lenguas celtas, que se hablaron en el occidente de Europa y en parte de las Islas Británicas.
- Las lenguas eslavas, que se hablaron en el este de Europa, y de las que descienden lenguas actuales como el ruso y el polaco.
- El griego antiguo y sus dialectos, hablados en la Península Balcánica, las islas del Mediterráneo oriental y las costas de Asia Menor.
- Y las lenguas itálicas, que se hablaron en la antigua Italia, entre las cuales el latín fue la que alcanzó una mayor difusión, anulando a las otras.
Las lenguas itálicas llegaron a Italia aproximadamente a comienzo del segundo milenio antes de Cristo. Tres son las lenguas principales de este tronco: el osco, el umbro y el latín.
- El osco fue la lengua que se habló en una amplía zona de Italia primitiva al sur de Roma. Queda de esta lengua un conjunto de breves inscripciones en tres alfabetos distintos.
- El umbro se habló en una zona al norte de Roma, entre los montes Apeninos y el río Tíber. Del umbro queda como principal tertimonio una larga inscripcción llamada Tablas Iguvinas, que era el reglamento de una cofradía sacerdotal.
- El latín era en su origen la lengua hablada por las gentes del Lacio, comara del centro de Italia. En sus primeros tiempos abarcaba una notable variedad dialectal.
4. Civilización romana.
4.1. Fuentes para el conocimiento de Roma.
Nuestro conocimiento de la historia de Roma y de la civilización que crearon sus gentes se debe a que han llegado hasta nosotros un gran número de documentos, tanto literarios como de otra naturaleza.
Para poder comprender adecuadamente la historia y la civilización creada por los romanos, de la que somos herederos directo, en numerosas ocasiones es imprescindible utilizar varias clases de estos documentos, llamados fuentes históricas.
Las fuentes históricas principales para poder conocer en toda su dimensión la civilización romana son las fuentes literarias, epigráficas, numismáticas, y arqueologias
4.1.1. Fuentes literarias.
- La literatura de época romana está escrita, además de en latín, en griego
- Gracias a las fuentes literarias podemos obtener información sobre la historia, la religión, la vida cotidiana, el comercio, las relaciones sociales del mundo romano.
4.1.2. Fuentes epigráficas
Bajo este nombre se engloban todos aquellos documentos escritos en soporte duro.
Los documentos epigráfico más importantes y que proporcionan mayor información son las llamadas inscripciones. Estas pueden ser:
- Funerarias, en las que aparece el nombre del difunto, la edad a la que falleció y quién le dedicó la inscripción.
- Votivas, dedicadas a una divinidad pagana, al dios cristiano o algún santo.
- Honoríficas, dedicadas bien a un emperador, bien a un cónsul, a un magistrado o a un ciudadano que ha destacado por alguna acción militar o importante.
- La onomástica romana.
- Los usos funerarios y religiosos de los romanos, y cómo estos se transmitieron a los territorios que fueron conquistando.
- Un gran número de topónimos antiguos.
- Los cargos cívicos y religiosos.
4.1.3 Fuentes numismáticas.
La información que nos proporcionan las monedas constituye las llamadas fuentes numismáticas. La ciencia numismática estudia el tipo de moneda y la ley de la misma, es decir la pureza del material con el que está acuñado. La numismática se ocupa de los lugares en los que fueron acuñadas las monedas, es decir, las ceas y las imágenes que aparecen en el reverso y anverso de la moneda.
4.1.4 Fuentes arqueológicas
Gran parte del conocimiento que tenemos de cómo eran las ciudades y la vida cotidiana en Roma y en los territorios que dominaba se deba a los trabajos arqueológios, a las excavaciones. Se han llevado a cabo excavaciones arqueológicas en todos los territorios que pertenecieron al Imperio Romano.
Hasta no hace muchas décadas se prestaba más atención al hallazgo de restos de grandes edificaciones o de estatuas; ahora, sin olvidarnos de ello, se están estudiando con profundidad los restos que aparecen de trazados urbanos, ya que permiten un más adecuado conocimiento del desarrollo de la vida en una ciudad romana.
Las excavaciones pueden ser de:
- Urgencia: ante la posible destrucción de restos arqueológicos por alguna obr de infraestructura actual, se detiene la misma para documentar el hallazgo.
- Sistemáticas: cuando los hallazgos son de gran importancia, se procede a excavar continuamente todo el perímetro de hallazgos.
5. Hispania.
Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en la Península Ibérica han aportado numerosos datos para conocer en profundidad el período romano de la historia de España. Los arqueólogos han excavado tanto dentro de ciudades y poblaciones actuales como en áreas rurales. También se han encontrado importantes templos dedicados al culto a las divinidades romanas. En los últimos años los arqueólogos han sacado a la luz numerosos restos que nos han permitido conocer el trazado urbano de ciudades romanas . También es de gran importancia la atención que están prestando a los hallazgos de lo que podríamos llamar vida cotidiana. La arqueología submarina ha sacado de las aguas los restos de barcos hundidos. En los últimos años, además de excavar, también se están musealizando muchos yacimientos arqueológicos para que los visitantes puedan comprender su historia y su función.